jueves, enero 24, 2008

Swissland, Swissland



Últimamente viajo por Europa (lo digo como si fuera el puto marco polo…., tiene cojones!! ). Lo cierto es que tras varios viajes por América (en edad pubescente) y algún que otro salto a África (Asia, Oceanía y los Polos se me siguen resistiendo), la verdad es que de manera consciente sólo he viajado a Europa.
Se suele analizar las cosas en modo comparativo a lo que nos es cercano y cotidiano; En este sentido Suiza no es muy distinta en percepciones de lo que pueda serlo Alemania u Holanda, sin llegar a la efervescencia de la primera ni a la brillantez de la segunda. Es quizá un término medio entre ambas, con un grado de consolidación conceptual y constructivo abrumador pero con una falta de brillantez inquietante. Es curioso pero es un lugar moderno bastante antiguo.
Hace años que deseaba ver in situ la obra de los Herzog, sus pieles, transparencias, texturas, colores, sensaciones, su modernismo textil…. etc. Y no es que esté mal, no joder, ya quisiéramos…, pero la honesto es decir que no he percibido las sensaciones de estar ante una gran obra como en otras ocasiones. Yo recuerdo ese vestíbulo de la residencia de estudiantes do brasil de Niemeyer, Costa y el Corbu en parís, donde no esperabas nada y te encontrabas con unos espacios y unas texturas dignas de que un goterón de mierda te chorreara por las patas abajo hasta empapar tus gordos calcetines sin percibir siquiera un cosquilleo, o esa Philarmonie de Sharoun en la que entré comiendo pipas y me duró el gesto de la manita dos días (ni que decir tiene que sin pipas) o esa Nacional Gallery de Mies, o la fantástica casa Schroëder de Rietvelt, esto por decir algunos clásicos, pero desde luego los Educatorium y Kunsthall de koolhaas, o la misma Torre Agbar de Nouvel, no se quedan atrás, y por supuesto aquella maravillosa exposición del Sol naciente en la ampliación de la Tate gallery de Herzog y De Meuron ¡Anda coño! Que hacen estos aquí!!! A ver si va a ser que el problema esta en suiza??, ahora que lo pienso estos tíos fuera de suiza son realmente buenos, El Estadio Nacional Olímpico de Pekín, la nave Ricola en Mulhouse, las viviendas de la Rue des Suisses en París, la Filarmónica del Elba en Hamburgo, el Epicentro Prada Aoyama de Tokio….etcetcetc, son enormes proyectos. Para justificar este razonamiento sólo me falta encontrar la excepción que confirme la regla, mmmm, déjame pensar, ya está, la Signal Box, eso es, quizá su oxidación ferroviaria sea lo que hace distinta a esta obra de las demás, es la única que no tiene el vidrio como protagonista, es la más extraña del lugar, la más dura, la menos correcta, la más valiente, esa sí me trasladó al mundo de los chorros de mierda liquida, aaaaaaaaahhhhhhhhhh.
Y es que un lugar moderno no puede estar hecho de un sólo creador, dios no hay más que uno, o dos. Se necesita un respiro, una traslación a otros estados de percepción para ser nuevamente sorprendido (echo de menos Londres), porque sino acabas tomando tanto queso fundido que te empachas.
Sería injusto si dejara pasar un aspecto fundamental de Suiza en general y es la enorme capacidad creadora del suburbio y la industria, ojo a la basura suiza que promete, existe una valentía fronteras afuera que llega a ser espectacular en ocasiones. Y por supuesto (para el que se lo esté preguntando) que merece la pena ir, porque estoy seguro de que parte de mi extraño malestar alpino es debido a andar cinco días seguidos con las pelotas congeladas manejando un plano con guantes de esquí y resbalando por las esquinas con mis fantásticas botas de suela dura. Menos mal que tengo un inglés tan depurado que el más mínimo problema era tratado con eficacia y raciocinio, pena que estos suizos no dominen el idioma como debieran.