domingo, enero 31, 2010

Nuevos materiales arquitectónicos


"Autora: María Fullaondo; publicado en soitu.es en septiembre de 2008"

Mucha de la producción arquitectónica actual podríamos decir que, desde un punto de vista morfológico, presenta numerosos aspectos que responden a un denominador común: formas blandas, amorfas, arquitecturas líquidas, arquitecturas isomórficas, blobs. Probablemente, también esa condición sea la más criticada hoy en día, siendo estas arquitecturas acusadas de responder exclusivamente a criterios formales, arbitrarios o, a ciertas modas pasajeras. En este sentido, la posición que voy a exponer a continuación no me gustaría que se entendiera como si se estuviera dando o quitando la razón a unos u otros, por el contrario, simplemente se quiere introducir en el discurso una posible explicación, una variable más, a lo que está ocurriendo hoy en día en el panorama arquitectónico.

Para ello, me voy a referir al ensayo “Filosofías del Diseño. El caso de los programas de modelado,” del filosofo Manuel de Landa. El citado artículo comienza exponiendo la existencia de dos teorías distintas en la génesis de la forma. Una primera teoría piensa en la forma o el diseño como algo principalmente conceptual. Algo que debe generarse como pensamiento puro al margen de la materia y la energía. Una vez concebido, el diseño se encarga de proporcionarle una forma física limitándose a utilizar un material “homogéneo.” Un material dócil con unas cualidades previsibles y un comportamiento típico, es decir, obediente y receptivo a los deseos del diseñador (por ejemplo, el acero). La segunda filosofía defiende que los materiales, por el contrario, no son receptáculos inertes para una forma cerebral impuesta desde el exterior sino que son participantes activos en la génesis o generación de la forma. Estos materiales denominados “heterogéneos” poseen características y propiedades variables que deben ser tenidas en cuenta por el diseñador haciéndolas que formen parte integral del proceso de diseño (polímeros, cerámica, vidrio etc.)

Tras ilustrar estas dos teorías con materiales reales, lo verdadero significativo de Manuel de Landa, al menos en este contexto, es el hecho o la idea de entender los desarrollos tecnológicos y digitales utilizados por los arquitectos y diseñadores como un material arquitectónico y heterogéneo, aunque éste sea virtual. Es decir, el software, los diferentes programas de cad y de modelado se convierten también en materiales virtuales, unos nuevos materiales disponibles y al servicio del arquitecto que exigen una actitud diferente hacia el diseño. Si en un principio los programas de CAD se ajustaban al viejo paradigma, cada vez en mayor medida, los nuevos desarrollos de los programas de modelado obligan a una cierta interacción entre diseñador y material.

En definitiva, quizá esas “formas”, la materialización que preside e inunda mucha de la producción arquitectónica actual, pueda ser una consecuencia en parte motivada por el material utilizado, entendiendo el comportamiento del software utilizado por el arquitecto, entre otras cosas, también, como material arquitectónico. Un material “heterogéneo” que exige un mínimo de dialogo entre el diseñador o arquitecto.

Al mismo tiempo, también podría darse el proceso inverso. Es decir, el arquitecto en su afán e incluso obligación de buscar aquellos materiales que mejor se adapten a la forma más eficiente, a una determinada solución arquitectónica, encuentran en el ordenador y los nuevos medio digitales la respuesta buscada. El profesor y arquitecto Fernando Valderrama afirmaba hace ya algún tiempo:
“La arquitectura de Zaha Hadid, por ejemplo, utiliza una geometría distorsionada muy adecuada al dibujo informatizado, con unos arcos de gran radio que difícilmente se pueden trazar a mano. Pero es fácil suponer que su arquitectura habría cambiado poco aunque no hubiera tenido un ordenador a mano.” Sólo hay que observar los más tempranos dibujos y proyectos de Zaha para darse cuenta que así fue.

Bibliografía:

Manuel de Landa: “Filosofías de Diseño. El caso de los programas de modelado” en Verb Architecture Bookmagazine, Processing, Actar, Barcelona, 2001.

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