TODO VA,TODO RETORNA,
No es malo "volver" de vez en cuando, y no he visto la de Almodóvar. Prefiero el tango, la "frente marchita" y esas cosas de "frikies". Volver a los paisajes artificiales, pero cercanos, de una infancia que nos parece lejana pero que sigue latiendo en nosotros. El tiempo, el implacable, el que pasó, no fue lo sufientemente fuerte ni mediático para hacer olvidar nuestros orígenes. Y es que hubo un tiempo, no muy lejano, donde la sostenibilidad se medía por las vitalistas experiencias de nuestros seres más afines, que nos servían de maravillosa referencia. Todos éramos mitos de todos, y nadie quería conocerse del todo, por temor a perder el misterio. La realidad, la arquitectura, se nos hacía sostenible simplemente gracias a la audacia y heroicidad de unos cuantos leales.
Gracias a FHE nuestras mitologías se alimentaron hasta límites insospechados, y nos creímos capaces de influir en el mundo. Atravesamos la Tierra Media y salimos del seno materno de nuestro blog para adentrarnos en la selva de la civilización medíática donde nos hicimos fuertes un tiempo, por hacer el esfuerzo de no hablar de nosotros mismos. Intentamos hablar de cosas, de fenómenos, y casi lo conseguimos. De hecho nuestras pequeñas incursiones de comando vietnamita no pasaban desapercibidas jamás, tal era su osadía. No sabíamos para quien escribíamos, pero teníamos clientes a quien servir, y nos emocionaba el mundo de la producción. Y llegamos hasta donde pudimos, o hasta donde nos dejaron. Eso es indiferente. La guerra nos emocionó drante un tiempo, y es la hora de volver.
Volver para crecer, para revisar, para descansar. Volver al interior de esa Tate que nos hizo libres, de ese sol finisecular de Olafur, que se torna amanecer cada vez que lo miramos de nuevo.
Tumbarnos a sentir el sol, a sentir el sol, notar cómo su energía nos alimenta con aquello que en el fondo nunca salió de nosotros.
Volver a mirar, volver a leer, volver a conocer; re-conocer. Volver a sonar; re-sonar. Volver a recuperar el afecto de todo y de todos. Nuestras ideas eran buenas, pero ingenuas, y nos expandimos demasiado, como un gas que va perdiendo fuerza.
Se impone el retorno de lo que siempre vuelve, pero de forma distinta. Retorno a lo que siempre estuvo esperándonos, en silencio, contemplando impasible nuestra aventura. Retorno a lo más nuestro, a nuestra historia, a lo más íntimo, a aquello que nos fue leal sin destruirse. Retorno a FHE.
1 Comments:
Así es, así es. 15 años de idas y venidas para dejar de sentir el miedo; para encontrar el valor de saberse acompañado; para ser ya uno; para saber que hay que seguir siendo y el único camino para conseguirlo es este viejo refugio que da sentido y contenido al viaje.
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