jueves, diciembre 08, 2005

Incógnitas


Ayer bajé a comprar la cena al chino de enfrente. Tenía mono de rollitos de primavera. Había visto en Canal Cocina (dial 64 Digital+) cómo los preparaba el dueño de Thai Gardens, ser inenarrable. Pensaba la cantidad de almazaras que tendrían que cerrar si alguien se decidiese a recoger todo el aceite que iba destilando. Y no es que sea homófono. Pero siempre he tenido ese momento madremíademivida cómo es posible que se pueda tener tanto ramalazo. Es ese aquel que me hace seguir con fruición a este tipo de elementos, como en la confianza de descubrir el cómo es posible. El caso es que preparó rollitos con un italiano que no perdía menos aceite, ni mucho menos. Insistían en que en Tailandia no se empleaba el aceite de oliva. Evidente. Tampoco sé muy bien a qué van esos dos tanto por allí. Y casi prefiero no saberlo.

Llego al restaurante y me recibe con los brazos la familia Lin (no digo abiertos, porque no los abren mucho). Encantadores como siempre. Me percato de que ella está embarazada. Poquito pero embarazada. Sorprendente teniendo en cuenta que estuve hace 3 semanas y no lo parecía. Mayor sorpresa cuando le pregunto y me dice “Quedlan 15 dlías. Pala 15 enelo”. Descubro con cierta intranquilidad cuál es el verdadero problema de la natalidad en china. Tenía que ser algo así. Eso pasa por no preguntar. Y porque también ellos se hacen entender con dificultad.

Saco el asunto del régimen alimenticio y me aconseja el régimen chino, que consiste en arroz, yogur y mayonesa (juro que me lo dice sin inmutarse). Trato de hacerle ver que si hago esa dieta me pongo como el hermano gordo de la hija de la tía Micaela. Y créanme si les digo que ser el hermano gordo de la hija de la tía Micaela es estar realmente muy muy gordo. Esfuerzo vano.

Mi madre me decía aquello de "te hablo y como si oyeras llover". Es gratificante resolver en una sola noche tantas incógnitas de esas que llevamos en lo más profundo de uno mismo. Me sentí como cuando descubrí que no se decía discursión cuando discurtías con alguien. También descubrí que era Cintruéñigo y no Citruéñigo. Pero eso no me dejó tan satisfecho.

De lo que encontré sobre el cenicero junto al ascensor les hablaré otro día. Porque eso sí que me dejó realmente preocupado.

1 Comments:

Blogger g_fhe said...

me he reido bastante, gracias kalakahua

08 diciembre, 2005  

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