lunes, diciembre 19, 2005

GASTRONOMIA CULTURAL


"ARROZ A BANDA": vieja receta arrocera de intenso sabor y refinado sumario de la auténtica gastronomía alicantina. Con el caldo de cocción del pescado se hace poateriormente el arroz, previo sofrito lento y sabroso del mismo, absorbiendo así éste la jugosa sustancia marina hasta conseguir altas concentracioens de néctar oceánico y profunda e inequívoca referencia a la mejor paella de mariscos que ocurrírsenos pudiera, eso sí, en clave minimal y con un cierto viraje pop dependiendo de la intensidad del amarillo desprendido por el insustituible azafrán. Se degusta en compañía de una fuerte salsa ali-oli al estilo clásico. Un "arroz a banda" bien hecho constituye una experiencia inolvidable y resulta indispensable requisito su degustación para poder convertirse en delicado gourmet de la cultura gastronómica toda, y de la mediterránea en particular.
"ARROZ A TRES BANDAS": derivado del anterior y análogo aunque en clave manierista, se utiliza la misma paella y se combinan en ella al menos tres intensos sabores arroceros, que se plasmarán en otros tantos colores, siendo los más usuales el negro (producto de la tinta del calamar), el amarillo tradicional y el blanco (arroz en estado puro y futuro receptor de otras tantas posibles salsas, siendo la de tomate la más común con su rojo intenso). Este arroz se distribuye en la paella en forma de bandas paralelas y se servirá en el mismo plato en tres zonas diferentes y yuxtapuestas, con el fin que el degustador pueda optar en cada toma por el orden o las combinaciones que desee, haciéndola más o menos compleja a voluntad.
"GRUNGE AL ORANGE": esta combinación de pavo al estilo cutre y naranjas confitadas previamente introducidas por la vía más estrecha del animal (el pavo antes de ser guisado, se entiende), también denominada "Grrrrunge al orrrange" en los círculos de la "rive gauche" parisina, fue empleado durante el mandato de Stalin durante sus famosas "purgas", en el periodo inmediatamente posterior a la 2ª Guerra Mundial, de tal guisa que tres millones de rusos perecieron de diarrea físico - mental a lo largo de esos años, tras la ingestión más o menos cotidiana de un solo plato de "grunge". La intención de las autoridades soviéticas consistía en la creación de un plato aparentemente sofisticado para el pueblo llano pero que impidiera nítidamente la digestión / asimilación de cualquier alimento, con lo que la muerte estaba asegurada al cabo de algún tiempo más o menos controlado. Además se añadía el aliciente económico, puesto que de una sola ración de grunge se alimentaba todo un campamento, tras ser ésta vomitada y reciclada una y mil veces, debido a su insoportable sabor, adelantando el concepto de autosostenibilidad gastronómica tan en boga en la actualidad. El tiempo que el grunge permanecía en el estómago antes de ser vomitado era suficiente para producir la diarrea físico - mental antes citada y la consecuente anemia derivada. Hoy en día los regímenes más autoritarios han añadido a la famosa receta unos cuantos "bífidos activos" que además mantienen estable el peso corporal, asegurando que se puede vivir sin perder ni ganar ni un sólo gramo, durante la pubertad y primeros años de madurez biológica.
Pues bien:
En los complejos tiempos que nos ha tocado vivir, y en concreto en la vertiente de la actual gastronomía cultural, se echan de menos ciertos sabores, combinaciones y actitudes, que como el "arroz a tres bandas" de Diego Fullaondo y su equipo, pretendan sana y sinceramente abarcar en su totalidad el eterno y complejo problema de la alimentación espiritual. El resto parece ser que está condenado al "grunge", sea éste al "orange" o en forma de "fast food".
Y puestos a ponernos a hacer algún tipo de dieta, querido Diego, algunos ya sabemos que... "donde esté la gula del Norte"...
Porky

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