miércoles, octubre 05, 2005

De Utgarda y otros desengaños

Camino por las calles de la ciudad de Utgarda, donde los hombres pasean con sus fastitocalones en peceras con ruedas, mientras entonan cánticos que narran las hazañas de un Lamed Wufnik (1) que supo y no murió, porque se refugió de la furia de Dios en un templete donde tres sacerdotes de rojo le encomendaron a Satán (y según me cuentan funcionó tan bien que en Utgarda sólo quedan cinco o seis personas que no se hayan convertido en Devotos de la Nueva Verdad, y que la enorme Basílica de San Bartolomé es ahora mercado de ganado).

Utgarda es una ciudad sorprendente. Sobre todo porque se encuentra cincelada en el capitel de una de las dos columnas de la única construcción de Cubo de Bureba, provincia de Burgos. Creo que tan sólo dos personas conocemos su existencia, la mujer a la que amo y yo. Si he esperado tanto tiempo para contar al mundo todo esto es porque ahora tengo un problema...


En Utgarda hay un templo con tres columnas. Y en el capitel de una de ellas aparecen en todo su esplendor las ruinas de lo que fue Ch’ou-T’ou. Como soy de natural curioso, he visitado la ciudad (parece que los de la Nueva Verdad tienen aquí también sus incondicionales) y en una columna desplomada he encontrado la ciudad de Tombstone, donde creo haber visto a John Wayne y Walter Brennan (a éste último le he saludado personalmente; es entrañable).

Pero, en fin, a lo que íbamos. Tras visitar sucesivamente Cho Tuan, Gomorra, Tulsa Ciudad sin Ley, las ruinas de la Atlántida, una mierda de isla donde una aborigen trataba de mearme porque decía que me amaba, y una veintena más de estúpidos lugares, se me presenta una duda.¿Cubo de Bureba estaba cincelada en un capitel de Cho Tuan o de Tulsa? ¿O era al revés? Le pregunto a estos dos de rojo de La Nueva Verdad que me tratan de convencer desde hace dos días de que la Nueva es La Única Verdad. Pero realmente la Única Verdad es que empiezo a estar un poco harto de todo esto. Además estoy oyendo la voz de mi amada, que entró en el capitel de otra columna de no recuerdo qué otra ciudad. Con tanta historia empiezo a olvidarme de su cara. Ni siquiera recuerdo muy bien si amaba a esa mujer

.***1.-Cuenta Jorge Luis Borges en el Libro de los Seres Imaginarios que hay en la tierra, y hubo siempre, treinta y seis hombres rectos cuya misión es justificar el mundo ante Dios. Son los Lamed wufniks. No se conocen entre sí y son muy pobres. Si un hombre llega al conocimiento de que es un Lamed Wufnik muere inmediatamente y hay otro, acaso en otra región del planeta, que toma su lugar. Constituyen sin sospecharlo los secretos pilares del universo. Si no fuera por ellos, Dios aniquilaría el género humano. Son nuestros salvadores y no lo saben.”

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